Podemos definir la trazabilidad como la documentación o la recogida de datos de un determinado producto o mercancía y el recorrido que realiza hasta que llega al cliente final.
Dentro de la trazabilidad podemos encontrar varios tipos, aunque hoy nos vamos a centrar en dos: La trazabilidad interna y la trazabilidad externa. Cada una de ellas cuenta con sus usos, herramientas y niveles personalizados.
Pero antes que nada, desde Kyubi System queremos hablarte de la importancia de la trazabilidad, en especial, debido al intercambio masivo de mercancías a nivel global.
La importancia de la trazabilidad
La información sobre el procedimiento que se lleva a cabo desde que un producto llega a un almacén hasta que completa su ciclo y es enviado a su destino o cliente final puede ser infinita y difícil de gestionar si no se cuenta con la tecnología, herramientas y el conocimiento adecuado para controlarla.
Es por esto que la tecnología RFID y la recogida de datos mediante soluciones RFID es fundamental para asegurar una trazabilidad sencilla, rápida y de calidad, en la que tener todos los artículos identificados, así como todos los cambios que sufren hasta su recogida final.
Ahora sí, ha llegado el momento de comprender los dos tipos de trazabilidad más conocidos:
La trazabilidad interna
Concierne todo el recorrido del producto. Desde las propias materias primas hasta su transformación. Es decir, la trazabilidad interna hace referencia a todo el proceso que ocurre dentro de la línea de producción, antes de que el producto o lote salga en reparto. El paso por cada punto en el recorrido se captura automáticamente mediante la lectura RFID.
Este tipo de trazabilidad incluye la documentación o el propio almacenamiento de datos del producto.
Tener un sistema de trazabilidad interna es imprescindible. La tecnología RFID ayuda a controlar el stock que hay disponible, saber con exactitud de dónde viene cada elemento (algo especialmente relevante si se trata de productos perecederos) o saber en todo momento dónde se encuentra un determinado producto.
Para conseguir una trazabilidad interna correcta es necesario identificar cada producto de manera única. Con la tecnología RFID se consigue obtener lecturas precisas y evitar errores humanos.
La trazabilidad externa
Por el contrario, este tipo de trazabilidad suma los datos que ya figuraban del producto (debido a la trazabilidad interna) a los datos que se generan cuando el producto sale del almacén y se dirige a su receptor. En este caso, se puede aplicar la lectura RFID en los vehículos que transportan los productos si se trata de vehículos propios. En caso contrario, esta tecnología no es aplicable hasta su llegada a destino.
También es factible el uso de otras tecnologías como BLE, GPS, LoraWan, etc. para la captura de datos como la posición, trazabilidad, temperatura, etc y su transmisión a nuestra plataforma.
De esta manera, es posible averiguar dónde se encuentra exactamente un pedido que acabas de enviar, cuál es su estado e, incluso, su temperatura de conservación.
Todo lo necesario para que el producto llegue en las mejores condiciones y al tiempo indicado a su destinatario.
La trazabilidad y el consumidor final
El concepto de trazabilidad no solo afecta a proveedores o distribuidores; también lo hace con el cliente final. Cada vez son más los propios consumidores los que tienen la necesidad de conocer todo sobre el producto que compran. Desde quién lo fabrica hasta dónde se encuentra (en caso de haberlo comprado por internet). Por ello, la trazabilidad aplicada de manera funcional aporta un valor añadido a tener en cuenta.
Trazabilidad y RFID: principales ventajas
La trazabilidad de un producto, por tanto, supone la posibilidad de identificar el origen y las etapas de un proceso de producción y distribución. En consecuencia, consiste en monitorear y seguir el proceso de producción pasando por el procesado, el almacenamiento y finalmente la distribución. Es decir, atañe desde la compra de materias primas hasta la venta.
Todo ello, permite saber con precisión dónde se ubica un determinado lote de productos. Algo que conlleva muchas ventajas como:
- Reducir los errores de producción o almacenamiento.
- Cumplir con la actual normativa en materia de distribución y fabricación de productos.
- Mejorar la precisión de los inventarios.
- Sacar del mercado aquellos productos que hayan caducado.
- Impedir que se falsifique un determinado producto o etiqueta.
- Mejorar la cadena de distribución.
- Facilitar el trabajo a los diferentes profesionales que participen en el proceso.
¿Cómo funciona la trazabilidad usando etiquetas RFID?
La tecnología RFID lo que hace es identificar y hacer un seguimiento del producto que contiene una etiqueta. Esta etiqueta es la que les asigna una identidad y la que permite vincular la información relativa a los proveedores, lotes, vencimientos etc..
Cuando una de estas etiquetas está cerca de un lector de tarjetas RFID, esta transmite los datos almacenados y es entonces cuando estos mismos datos pueden gestionarse por un ERP.
Todo este proceso requiere muy poco uso de personal y es posible leer varias etiquetas a la vez. ¿Qué se consigue con esto? Mejorar la cadena productiva, reducir tiempo de producción y, lo mejor, aumentar la rentabilidad de la empresa.
La información resultante no solo es útil para el fabricante o distribuidor sino también para los proveedores o vendedores que verán como cada producto está correctamente identificado mejorando la cadena global de producción.
La demanda de tecnología RFID para la trazabilidad continúa en pleno auge. Es importante que si decides instalar este tipo de tecnología en tu empresa no te decantes por cualquier profesional.
Contamos con años de experiencia en la puesta en marcha de diversos proyectos y, por ello, hemos logrado posicionarnos en la cumbre de profesionales que ofrecen una tecnología eficaz, eficiente, rápida y sencilla de utilizar.